Este escrito va dirigido hacia mis queridísimos amigos docentes, formadores
de la sociedad, que enseñan a construir la paz, luchadores revolucionarios del
derecho de la educación, porque sin ella, no puede existir una civilización, y
mucho menos una evolución, Señores que gritan en las calles
"PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE", yo, un escéptico de la lucha
sindical, pregunto y digo ¿cuantos de ustedes desconocen la importancia de las
artes en la formación de seres humanos? Que estamos pensando los
licenciados acerca de los fenómenos que suceden alrededor de Bellas Artes,
Biblioteca departamental entre otros, cuyo cierre en el Valle del Cauca
son inminentes, y se encuentran ya, al borde del colapso.
Porque los sindicatos, La Cut, y otros medios de izquierda no han apoyado a
los artistas y el semillero de artistas del Valle del Cauca, ¿ese silencio
administrativo es conveniente? será porque no toca nuestros bolsillos, pero
ensucia nuestras almas, que le voy a enseñar a los pequeños, como profesor de
arte, que les voy a decir cuando me pregunten cual es la importancia del arte,
que es la máxima expresión del espíritu humano, que a través de ella nos
encontramos hombres del pasado, presente y futuro, que podemos conocer
las más nobles almas, y las más grandes virtudes, que el arte es revolución no
se calla, ni se resigna, ella siempre traspasa el discurso mediocre, hipócrita,
convierte en notas, en líneas, en imágenes, en sensaciones, aquello que algunos
se niegan a escuchar a ver, ¿dónde quedara el jardín de la humanidad? que nos
va a quedar de hombres, que nobleza pretendemos alcanzar sin nuestro espíritu,
sin las manos que transmiten, sin artistas.
Yo me sigo preguntando si en verdad educamos para la vida, matemáticas, física,
sociales, química, ¿y a quien mierdas le ayuda eso con el problema de su peso
existencial? ¿algún profesor te enseña sobre la importancia de expresarse? o
les enseñaremos la resignación callada de los esclavos que se acostumbraron al
peso de sus cadenas, les enseñaremos a reemplazar su libertad por formulas
cuadradas y caminos y senderos viejos, donde queda el explorador, el hombre que
viaja a lo desconocido, donde, el rincón de la memoria, la que habla por
nosotros, la que nos traza nuevos nortes, ¿vale la pena llamarse educador y
callarse ante este hecho? quien sería yo, si por cuidar mi puesto, mi sueldo, y
otras nimiedades dejara que nuestra humanidad fuera sacudida hasta los
cimientos, si dejo que mis estudiantes se alimenten solo de la basura que les
dan, Otra biblioteca de Alejandría quemada, Otra vez las obras de Bach
manchadas de carne por ignorantes, Otra vez el olvido para Beethoven, Mozart,
Van Gogh, todo para tener que decirle a la gente que aquí no defendimos nuestro
ser, Profesores del Valle del Cauca, y demás, llamo la atención sobre este fenómeno,
¿nos uniremos solo como hienas para defender el cadáver de las sobras que nos
dan supervivencia? o nos uniremos como seres trascendentes que somos para
solidarizarnos con aquellos que construyen la paz a través de lo único bueno
que ha parido el homo sapiens, arte.
Si es así, no veo el propósito de hacernos llamar profesores, cambiaria mi título
por adoctrinador, manipulador de producto humano, o trabajador de línea, no
profesor, porque no profeso, solo soy un idiota que sirve para dar a otros
idiotas oficios con los que morir asidos con desesperación por un mendrugo de
pan, y no enterraría mi dignidad humana tan profundo en un hoyo, no sé
ustedes... pero ese silencio....
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