Muchos hablaron mal de Gabriel García Márquez, porque el manifestó
en muchas ocasiones su odio hacia la patria, Fernando Vallejo, cuya dura crítica
hacia el egregio escritor también se erigió, es un rival de la patria, si es
que es la palabra correcta, pero lo cierto es, que miles de colombianos han
renunciado a su nacionalidad, la mayoría hablan de extrañar a su patria, pero
en realidad, no me extraña que algunos intelectuales sientan aversión hacia tal
cosa como una nación madre.
Nacionalismo, padre de fanatismos estúpidos, de cegueras mosaicas,
de guerras sin fundamento, Nacionalistas eran los alemanes de la segunda guerra
que obedecían ordenes, la amada patria bolivariana pare a cagandas, estupideces,
nos invade el orgullo patrio americano, al ver transformers, día de la
independencia, y todo tipo de películas donde héroes americanos salvan al mundo, amar a la nación
parece un valor correcto, renegar de ella, decir "país de mierda"
cosa de adolescentes rebeldes que solo quieren llevar la contraria y ya.
Pero si en verdad, una persona se sentara a estudiar el origen y
la evolución de esta "madre patria" llegaría a una conclusión, o
varias, la primera es que esta es solo un nombre, que detrás de ella hay una
maquinaria de poder perpetuado por familias monárquicas como los Lulle o los
Santodomingos, como diría en otros tiempos un amigo muy sabio "los pulpos
financieros", además de las familias de sangre real que se prosiguen en
los estrados del gobierno, sin mencionar siquiera, de la evidente participación
de una iglesia hipócrita y demagógica, que señala a dedo y por intereses,
quienes serán los ungidos al poder, tanto católicos, como evangélicos, porque
de esta, no se salva ninguna, por eso dirán algunos curas honestos "mi
reino no es de este mundo".
El sistema de educación, y de eso sí que se, que solo reproduce
seres con un mar de conocimientos de un centímetro de profundidad, universales
del "nada se", gente cuya opinión política es rara vez acertada, cuya
visión de la economía nos lleva al constante fracaso, bajos, muy bajos de
cultura, lo que llaman los cachacos como "los cafres", pero
estos son la fuerza laboral barata de este terruño, los peones en millones de
este juego de ajedrez, donde son mandados por miles a perder sus puestos en el
juego.
¿Que si hablo solo de los pobres? lo siento, aquí también están
metidos los profesionales, los técnicos, la clase media, psicólogos,
ingenieros, médicos, abogados, escoja cualquier rama, ellos también hacen parte de la anterior descripción,
pero ellos son más brutos aun, porque apoyan a un capitalismo suicida bajo la
consigna "hay que dar gracias a Dios porque al menos hay trabajo",
aquellos que defienden un modelo económico que vende las montañas y los ríos,
los bosques y el aire a precio de huevo, para luego no dejar nada más que
plata, Colombiano, he aquí tu nación. Al llegar aquí, parece que este texto se
ha desviado de su propósito original, y no es así del todo.
¿Porque estos intelectuales odian su país? sencillo señor
patriota, porque la gente que vive en él, esta cómoda con su realidad, se hunde
y se hunde cada vez más en el lodo cenagoso, se da cuenta de todas las
depravaciones que se multiplican aquí como la plaga bíblica de las ranas, pero
no hace nada, sonríe, como si no importara, le están metiendo un hacha por el
ano, y sonríe, y no son unos pocos, los indiferentes, son demasiados, y el
reaccionismo y la indignación de tres segundos solo empeora la cosa, ¿ustedes culparían
a esas personas? por poder ver más ampliamente que el panorama que
ustedes, los odian, porque no comparten su tan acartonada visión de cómo
debe ser un ciudadano, como si en algún momento ninguno hubiera escupido al
suelo y dicho "¿porque me tocó nacer en este cagadero?"...
Yo diría entonces que alguien no puede amar a un país que se
devora a quienes intentan salvarlo…
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