Óigalo Usted dizque hablando mal
de nuestro benemérito doctor Ureña, si él es el alma de la patria el espíritu del
nacionalismo puro, egregia imagen de la justicia, prócer sacro de los pobres y
los indefensos, usted debe ser uno de esos insurgentes de fusil en mano, o de
esos intelectuales nerviosos que no puede dejar el café, que tienen un trabajo
miserable y viven con sus mamas y papas, esos de suéter de colores y gafas con
montura retorcida, que no tienen ni puta idea lo que es el país, pero si yo he
visto lo que era la violencia en el campo, antes todos nos encerrábamos a las 5
de la tarde, porque robaban de lo lindo, Cuando el doctor Ureña llego, todos se
fueron, sí, eso sí, a las ciudades, a seguir en las mismas, pero no están jodiendo
aquí, donde queremos trabajar, donde no hay agua potable, ni llega señal de ningún
otro canal más que los nacionales, que nos dicen que vamos para adelante que
nos la pelamos, que el índice de pobreza se redujo, que el índice de violencia también,
y que aquí somos la gente más feliz del mundo, tanto así, que en los hospitales
ya no vamos si no es para morirnos.
Déjeme preguntarle una cosa su
merced, que se despierta con un despertador mecánico, y no como yo, que me
despierta el gallo a las 3 de la mañana ¿usted si sabe por lo menos que es
vivir en este campo? Donde no hay plata, nosotros trabajamos meses la tierra
sin ver un peso, y cuando llegamos y montamos nuestra mercancía al camión, a
ese hay que ponerle peajes y gasolina, ¿sabe cuánto nos pagan? Lo que se les da
la gana, nos dan en la nuca patrón, si es que la tierra es nuestra, tenemos que
pagar al patrón, al camionero, la gasolina, los peajes, hay que comprar
fertilizantes, pesticidas, y al final lo que queda para los chiquitos es muy
poco, nadie vive con eso patrón, ese
nuevo presidente es una mierda, quiere volver a hablar con la guerrilla, no se
ha preocupado por nosotros, y nos ha hundido el puñal con sus tratados
comerciales, ese lo que es, es un hijo de la… porque nos dio gratuidad escolar,
y está en diálogos con esos bandidos de la guerrilla cree que ya alcanzaremos
la paz. Ahora no solo tenemos que regalar lo que tenemos en la tierrita, sino
que vienen otros, los extranjeros, y venden más barato que nosotros, pero ellos
tienen maquinas, químicos, subsidio del gobierno, años luz en investigación en
el agro su merced, aquí los campesinos somos unos pobres arrastrados, esto de
que nos revienten la jeta jamás hubiera pasado con el doctor Ureña. Por eso
creemos en el cómo en el mismísimo Dios eterno y verdadero.
Ustedes los de la ciudad que vienen aquí a contaminarnos con su ateísmo
asqueroso, peligroso, le meten ideas a los niños de que el gobierno está mal y
los quiere tener más brutos, sin oportunidades, para que nos tengan como
mendigos, y agradezcamos cada migaja de pan que nos dan, ellos, no quieren
labrar la tierra, no se quieren ensuciar, quieren tener manos delicadas y finas
como la de los doctores de la grandes urbes, pero es que nosotros tenemos las
manos pa dar garrote y machete, pa bolear azadón, para convertir los lugares
secos en jardines de frutos maduros, todos esos bandidos que nos estaban haciendo
la vida imposible, se fueron, ¿entienden eso? Se fueron, y no jodieron más aquí,
que nos importa a nosotros si se van a la ciudad a matar y a asesinar, a
secuestrar, a cercenar, y a cometer peores horrores, aquí estamos tranquilos,
pobres, jodidos, sin oportunidades, pero tranquilos, así digan ustedes que
nosotros estamos atrasados, porque no nos importa estudiar, y al hijo nuestro
que jode con ese cuento, le decimos que no hay plata para esa joda, sino mire a
ese profesor suyo, que se jodió toda la vida estudiando, y se gana casi lo
mismo que nosotros, ese zángano no hace más que leer y escribir, esos lo que
son es una manada de zánganos desagradecidos que el doctor Ureña debería reventarles
la jeta con una motosierra bien afilada, y darles una patada en el culo, que el
que no quiera este país, que lo sepulten en él.
Si hay que ver lo que nos dicen
los noticieros, y los noticieros no mienten, tantas gente sinvergüenza, yo me
levanto, prendo el televisor, veo todo lo que pasa, y agradezco poder tener que
hacer, mientras otros tantos mueren de hambre, aquí no hay carreteras, aquí hay
caminos de trocha, aquí no hay agua potable, aquí toca hervirla o nos matan los
bichos, porque los cerdos y las vacas se nos cagan en el agua, aquí no llega el
servicio médico, dicen que el doctor Ureña fue el culpable, nunca me acuerdo
que haya llegado, aquí no hay estudio, y nunca nos importó que hubiera, aquí hay rumba, fiesta, trago, mujeres buenas
y bonitas, vienen los jefes y nos ponen guacales de cerveza y whisky, y somos
felices por un día, porque la vida es eso hijuepuerca, un cochino día, no
importa si nuestros hijos mueren de hambre o enloquecen, nuestro señor
misericordioso espera al otro lado para darnos premio por tanto sufrimiento, y
darle a los ricos su merecido por ser tan ratas con nosotros.
Yo tengo un tío loquito de
esquizofrenia, tembloroso, flacuchento, recogido en un catre del que nunca
sale, se masturba todo el día, y vive hablando de sus dioses, e insensateces
que nadies entiende, lo llevamos que día adonde los gnósticos, allí lo dejaron
como nuevo, pero cada rato le vuelven los demonios y lo atormentan, la mujer no
quiere que lo volvamos a ver nunca, quiere que lo dejemos morir en paz, no
quiere llevarlo al psiquiatra, dice que solo lo deja embobado, nosotros no
entendemos que le paso a mi tío, era un médico de esos, curandero, que nos daba
hierbas para curar los males porque la plata no nos alcanzaba para pagar esos médicos
de las clínicas, tan caros, que mandan y mandan pastas caras, y que ni siquiera
lo miran a uno a los ojos, aquí nos defendemos como podemos, la fe es la que
nos mantiene vivos, por purita fe vivimos, y no hay nada más que nos sostenga.
Ya se vienen elecciones, y yo
quiero una casa donde meter la cabeza, porque el rancho se nos cae, y no hay
plata para repararlo, el concejal del pueblo nos prometió tejas y ladrillos,
nosotros todos vamos a votar por él, porque el ultimo que nos prometió, no
llego con nada, es que aquí uno trabaja para que otros lo roben, y lo que uno
se gana toca lucharlo muy duro, aquí todo lo del pobre es robado, prestado,
hipotecado, sacado gota a gota, o pagado a cuotas de sesenta meses o más. Pero lo
que si se es que ese doctor vuelve a arreglarnos el país. Ese es un santo.